jueves, 30 de octubre de 2008

Maridaje original (martes 30 de setiembre de 2008)

En plena degustación de las variedades de vinos y alfajores de cacao, café y especiados. (Andres Larrovere)

Vinos + alfajores, un tentador mix

Participamos de esta experiencia y la combinación ideal fue un malbec con una masa de mosto rellena de mermelada de ciruela.

Daniela Polo - dpolo@losandes.com.ar

Pastas, pescados, carnes rojas o quesos suelen ser los platos fuertes a la hora de maridar vinos y alimentos. Sin embargo la elección no resulta sencilla, ya que depende de muchos factores que hacen que la unión sea compatible o no. Pero ¿qué sucedería si buscamos la armonía entre varietales y alfajores? ¿Existirá?... Para saberlo hay algunas claves y secretos que nos revelan expertos en esta tentadora materia.

“Intihuatana, sabores naturales”, es una empresa familiar que desde hace 8 años fabrica alfajores a base de ingredientes autóctonos. En busca de nuevos sabores sus mentores incorporaron, a las catorce variedades ya existentes, un alfajor de mosto. Este producto fue el disparador que los llevó a buscar la armonía, y éste fue el resultado:

Para descubrir las compatibilidades, la enóloga y coordinadora de la Enoteca, Adriana de la Mota, fue la encargada de enseñar a través de su faceta de educadora vitivinícola los secretos de una buena combinación.

El maridaje es el mejor casamiento entre el vino y alimento. Los tres parámetros que debemos tener en cuenta, según De la Mota, a la hora de buscar las compatibilidades son:

Potencial aromático intenso: tiempo que dura el aroma del vino. Sirve como parámetro
cuantitativo de su calidad.

Largo de boca: tiempo que dura el sabor en boca, persistencia.

Equilibrio: éste puede ser bipartito (ácido-dulce) o tripartito (dulce-ácido-amargo). Esta clasificación depende de la sensibilidad que percibamos según la ubicación en la lengua.
En relación a estos parámetros es posible establecer que un buen maridaje es aquél que mantiene el equilibrio entre potencial aromático y largo de boca, ya sea con o sin el alimento.

Si disminuye alguno de los factores, en el momento del maridaje, significa que no es una buena combinación.

Luego de entender los conceptos a analizar llegó el momento de la degustación que permitiría aplicar lo aprendido y descubrir la compatibilidad del vino con los alfajores.

A través de la vista, el olfato y el gusto los diferentes sabores, colores y aromas fueron determinando cuáles eran las combinaciones que daban como resultado afinidad entre los vinos (blanco, rosado y tinto) y los alfajores (almendrado, cacao-café y especiado) degustados.

Si bien los gustos personales podían diferir, ciertas nociones permitieron llegar a un consenso general. Fue así como el público planteó su mejor maridaje: alfajor de mosto, relleno con mermelada de ciruela, acompañado por un buen malbec. Ahora habrá que seguir probando...

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